Si quieres probar algo diferente, el menú de degustación de Saona te encantará.
Se trata de un restaurante mediterráneo, con dos sedes en Barcelona: uno en Carrer d’Aribau, 131, y otro en el centro comercial La Maquinista. En mi caso, visité el primero.
Al entrar al restaurante, la decoración estilo escandinavo con mucha madera me encantó en lo personal. Tiene muchos detalles de cerámica, paja y textiles de alfombras, pero lo más bonito es la entrada con un árbol decorativo con hojas fucsia y, en el fondo del local, un espectacular jardín pequeño cerrado con ventanas de vidrios.
El restaurante, tiene diferentes cartas a escoger, por ejemplo, tiene dos para los mediodías entre semana y el fin de semana, además de otra para la noche, el menú infantil, y el menú de degustación, que ha sido el que mis amigos y yo escogimos.
El menú de degustación tiene la particularidad de que puedes probar todas las entradas y postres, mientras que el principal es el único a escoger. Las entradas en total fueron seis, en las que se incluyeron gyozas, croquetas y pulpo.
Una de las cosas que más me gustó fue que colocan la cantidad exacta por persona, es decir, uno de cada cosa para cada uno. Los langostinos rebozados, la tortita de tataki de atún y las croquetas fueron mis entradas favoritas.
En los principales, las opciones eran lasaña de carne con champiñones, solomillo de pollo con salsa camembert, hamburguesas, entre otros. Todas se veían muy buenas, pero la mayoría de los chicos del grupo escogimos el pollo teriyaki sobre arroz basmati, salsa de sésamo y ajos tiernos.
En mi opinión, el mejor pollo teriyaki que he probado hasta ahora, y la combinación con el arroz me encantó.
Para el postre, las opciones eran dos chupitos para cada uno de chocolate blanco y sirope de mango, y otro de milhojas de mango con fresas, además de tres tartas para compartir, entre cinco que tenía de opción la carta. Estas fueron las tartas de banoffee, de lima, y de queso con arándanos.
De las tartas, la Banoffee fue mi favorita, y de los chupitos, la de milhojas de mango con fresas.
Para finalizar, por supuesto, un vino Ribera del Duero de nombre “Nebla“.
De los mejores restaurantes que he visitado en Barcelona durante estos dos años viviendo en la ciudad.
¡Aprobado! ⭐⭐⭐⭐⭐